El oxígeno y la presión: fisiología básica para entenderlo todo
Objetivo del módulo: que la persona entienda, sin necesidad de ser sanitaria, qué hace el oxígeno en el cuerpo, qué papel tiene la presión y por qué una cámara hiperbárica de baja presión puede marcar diferencia.
5/8/20245 min read


1. Conectando con lo anterior
En los módulos anteriores, desde o2 Academia hemos visto:
Qué es la oxigenoterapia hiperbárica de baja presión.
Un recorrido histórico de cómo hemos llegado hasta las cámaras actuales.
Ahora toca responder a la gran pregunta de fondo:
“Vale, pero… ¿qué pasa realmente dentro del cuerpo? ¿Por qué el oxígeno y la presión pueden ayudar?”
En este módulo vamos a hacer una especie de “viaje” por tu organismo, pero explicado en sencillo.
2. El oxígeno: la “moneda de energía” del cuerpo
Empezamos por lo esencial: ¿para qué quiere oxígeno el cuerpo?
Cada célula de tu cuerpo necesita energía para vivir, repararse, crear nuevas estructuras y defenderse.
Esa energía se llama ATP (no hace falta que lo recuerdes, quédate con la idea de “moneda de energía”).
Para producir esa energía de forma eficiente, el cuerpo utiliza oxígeno.
Sin oxígeno suficiente:
Las células funcionan peor,
Se fatigan antes,
Y ciertos procesos de reparación o defensa se vuelven menos eficaces.
Desde o2 Academia nos gusta resumirlo así:
El oxígeno es como el “combustible limpio” del cuerpo. No es el único factor, pero sin él el motor no rinde.
3. ¿Cómo entra el oxígeno en el cuerpo?
El proceso básico es sencillo:
Inhalas aire por la nariz o la boca.
El aire llega a los pulmones, donde hay miles de pequeños “sacos” llamados alvéolos.
En esos alvéolos, el oxígeno pasa a la sangre y el dióxido de carbono (CO₂) sale de la sangre para ser expulsado al exhalar.
La clave aquí es que:
El oxígeno no se queda en los pulmones.
Usa la sangre como transporte para llegar a todas las partes del cuerpo.
Podemos imaginarlo como una red de transporte público:
Los pulmones son la estación central.
La sangre es la red de trenes y autobuses.
El oxígeno son los pasajeros que van a diferentes barrios (tejidos).
4. Hemoglobina: el “taxi” principal del oxígeno
Dentro de la sangre, el oxígeno no va “flotando” libremente.
La mayor parte va unida a una proteína que se llama hemoglobina, que está dentro de los glóbulos rojos.
Imagina la hemoglobina como un taxi que recoge moléculas de oxígeno en los pulmones.
Cada glóbulo rojo lleva muchísima hemoglobina, y cada hemoglobina puede transportar varios “viajeros” de oxígeno.
Estos “taxis” viajan por todo el cuerpo y dejan el oxígeno donde las células lo necesitan.
En condiciones normales, cuando respiramos bien y la sangre está sana:
Una gran parte de la hemoglobina va cargada de oxígeno: decimos que está “saturada”.
Es lo que solemos medir con el saturimetro en el dedo (el aparatito que marca 96%, 98%, etc.).
Desde o2 Academia te lo traducimos:
En una persona sana, a nivel del mar, la mayoría de taxis (hemoglobina) ya van llenos de oxígeno. El truco del entorno hiperbárico va más allá: no solo llenamos taxis, también podemos meter oxígeno extra en el “aire” de la sangre.
5. ¿Qué pinta aquí la presión?
Ahora entra en juego la presión.
Para entenderlo, piensa en dos situaciones:
Estás en la montaña, muy alta → Hay menos presión atmosférica.
Estás al nivel del mar o un poco por debajo → Hay más presión.
Cuando hay menos presión (como en la montaña):
El oxígeno tiene menos “empuje” para entrar en la sangre.
Algunas personas se sienten más cansadas, les cuesta respirar, se fatigan antes.
Cuando hay más presión (como a nivel del mar, o en una cámara de baja presión):
Aumenta la presión parcial de oxígeno, es decir, la capacidad del oxígeno de “entrar” en la sangre.
Podemos conseguir que más oxígeno se disuelva en los líquidos corporales.
Desde o2 Academia usamos una metáfora muy simple:
Imagina que el oxígeno quiere cruzar una puerta para entrar en la sangre.
Cuanto mayor es la presión, más fuerte es el empujón que le ayuda a cruzar esa puerta.
6. Oxígeno disuelto: más allá de la hemoglobina
Antes hemos hablado de los “taxis” (la hemoglobina).
Pero hay otro detalle importante:
Una pequeña parte del oxígeno puede ir disuelto directamente en el plasma (la parte líquida de la sangre), igual que una cucharada de azúcar se disuelve en un vaso de agua.
En condiciones normales, esa cantidad es pequeña.
Pero cuando aumentamos la presión de forma controlada:
Podemos conseguir que entre más oxígeno disuelto en el plasma.
Es como si, además de taxis, ahora tuviéramos bicis, patinetes y motos llevando oxígeno a los tejidos.
Esto es especialmente interesante en zonas:
Donde la circulación es más delicada,
O donde los “taxis” (glóbulos rojos) no llegan tan bien.
Desde o2 Academia lo resumimos así:
El entorno hiperbárico de baja presión no solo llena los taxis al máximo, sino que añade una flota extra de oxígeno disuelto que puede llegar a donde antes no lo hacía tan fácilmente.
7. ¿Qué pasa en los tejidos cuando llega más oxígeno?
Cuando más oxígeno llega a las células, de forma controlada y repetida, pueden ocurrir varias cosas positivas (en función de cada persona y su estado de salud):
Las células producen energía de forma más eficiente → menos sensación de fatiga.
Se pueden apoyar procesos de reparación de tejidos (músculos, piel, etc.).
El cuerpo puede gestionar mejor algunos procesos ligados a la inflamación y al estrés oxidativo, siempre dentro de un equilibrio.
Ojo, desde o2 Academia queremos ser muy claros:
No significa que por aumentar el oxígeno “todo se cura solo”.
Significa que, en muchos casos, damos al cuerpo una herramienta extra para que haga mejor lo que ya está programado para hacer: repararse, adaptarse, defenderse.
8. ¿Y por qué “baja presión” y no siempre alta?
Podrías preguntarte:
“Si con presión y oxígeno pasan cosas buenas, ¿por qué no usamos siempre presiones muy altas?”
Porque en fisiología casi todo va de equilibrio:
Las cámaras de alta presión tienen indicaciones médicas muy concretas, pero también más requisitos, más riesgos potenciales y protocolos más rígidos.
Las cámaras de baja presión buscan un punto intermedio:
Suficiente para mejorar la disponibilidad de oxígeno.
Más cómodo y accesible para uso frecuente en bienestar, deporte y salud integrativa.
Desde o2 Academia defendemos esta idea:
La baja presión no intenta imitar al 100% la cámara hospitalaria.
Ofrece otra herramienta, más suave y más versátil, que puede integrarse mejor en la vida diaria de muchas personas.
9. Resumen final del módulo 3
Para cerrar este módulo, puedes hacer un breve resumen en el audio:
El oxígeno es la moneda de energía del cuerpo: sin él, las células rinden y se reparan peor.
Normalmente, el oxígeno entra por los pulmones, se une a la hemoglobina y viaja por la sangre hasta los tejidos.
La presión determina con qué fuerza el oxígeno puede cruzar de los pulmones a la sangre y de la sangre a los tejidos.
Un entorno hiperbárico de baja presión permite:
Llenar al máximo la hemoglobina.
Aumentar la cantidad de oxígeno disuelto en el plasma.
Eso se traduce en mayor disponibilidad de oxígeno para apoyar procesos de energía, reparación y bienestar, siempre dentro de un enfoque responsable.
Desde o2 Academia queremos que entiendas que el objetivo no es “meterte en una burbuja mágica”, sino crear las condiciones para que tu cuerpo trabaje mejor con la herramienta más básica que tiene: el oxígeno.
